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01 December, 2018

RESUMEN DE CAMPAÑA EN  BENÍN (DICIEMBRE DE 2018)

EL EQUIPO

Una nueva campaña de Cirujanos en Acción con  destino al Hospital Albergue del Amor Redentor en Dangbo, República de Benín. Era la primera colaboración para la mayoría de los participantes. El equipo estaba compuesto por ocho voluntarios: Irene Osorio Silla y Eduardo Gutiérrez Iscar, cirujanos generales del Hospital Universitario La Paz de Madrid, Miguel García Botella, cirujano del Hospital Lluis Alcanys de Xàtiva, su hija Sara García Ballester, R4 de anestesia, que, junto al anestesista Alberto Pi López y las enfermeras Elena Valenzuela Cuberos y Mercedes Rodríguez Sánchez, venían del Hospital Universitario de  Bellvitge. Y como coordinador, Antonio Satorras Fioretti, cirujano del Hospital Público da Mariña en Lugo.

La tarde del 1 de diciembre de 2018 iniciamos el viaje desde Madrid, volando hasta el aeropuerto de Cotonou con escala en Casablanca. Viajar con Royal Air Maroc nos permite embarcar a cada uno 40 Kg de medicación y material quirúrgico cedido por nuestros respectivos centros.

El viaje y los trámites de aduanas transcurren sin incidentes. Llegamos al amanecer y nos recibe Sor Opportune, religiosa de la orden del Amor Redentor, monja de “ordeno y mando”, médico y directora del hospital. Cargamos una furgoneta con voluntarios y equipajes y, tras hora y media de recorrido por carreteras cada vez peor asfaltadas, con un tráfico caótico donde abundan las motocicletas con múltiples pasajeros, llegamos a Dangbo, pueblo rural de caminos de tierra, con muchos niños y ninguna iluminación .

EL ALOJAMIENTO

Nos instalamos en una residencia ya cedida en anteriores misiones por Don Antoine Bonou,  presidente de la compañía de suministros de electromedicina STE BEREC, de la que están a cargo Lázaro y su familia. Disponemos de tres habitaciones con aire acondicionado y aseo en el edificio de invitados -un lujo para las condiciones locales- y una nevera siempre con bebidas a nuestra disposición. Debemos utilizar nuestras toallas, sacos/sábanas y mosquiteras. Está muy cerca del hospital, al que podemos ir caminando bajo un calor y humedad bochornosos. La mesa en el jardín es el lugar ideal para relajarnos al final de la jornada. Cerca del hospital hay también un hotel donde poder tomar algo y conectarnos a la Wifi,  aunque de forma muy irregular.

EL HOSPITAL

Está formado por varios edificios. En uno se dispone la residencia de la comunidad de las cuatro religiosas que están a su cargo (las hermanas Opportune , Ruffine, Claire y Francis) y es nuestro comedor para toda la campaña, con platos preparados por ellas. Allí desayunamos, comemos y cenamos. Y aunque la comida no es escasa, echamos mano de nuestros suministros envasados traídos de España.

En otro edificio está el bloque quirúrgico, donde existe un quirófano pequeño, que dividimos con una mampara para poder trabajar dos equipos de forma conjunta. Dispone de una lámpara quirúrgica con dos brazos, dos unidades de electrobisturí, un único monitor de ECG y TA, un equipo de anestesia Dräger Fabius plus que funciona con Sevofluorano y una bala para oxígeno. Al disponer de aire acondicionado, es el único local de todo el hospital donde se puede soportar el calor. Los cortes de electricidad son frecuentes pero de corta duración, y no impiden continuar con las intervenciones.

Anexa hay una consulta para la valoración y preparación de pacientes y una pequeña y atestada sala que sirve de ecléctico almacén de material y medicación dejada en campañas previas, aunque no toda esté en adecuadas condiciones para usar. A cargo de su “organización“ está Sor Ruffine, con la que en unas horas colocamos todo nuestro equipaje y preparamos los carros para empezar a trabajar. Ella es también la coordinadora del quirófano que nos acompaña infatigable durante todas las jornadas, suministrando y gestionando el escaso material disponible y proponiendo soluciones útiles para paliar sus carencias.

Enfrente está el edificio de hospitalización. Una de sus salas dispone de 10 camas, sin ningún sistema de monitorización, que se usan para el control postoperatorio. Todas las intervenciones se realizan con estancia durante la noche posterior, por lo que el número de cirugías queda limitado a 10 al día y la precariedad para la vigilancia  acota mucho la patología que podemos asumir.

Se programan diariamente tres cirugías de mañana y dos de tarde por equipo. Se inicia la jornada a las 8h. Tras la visita a los pacientes del día anterior, desayunamos mientras preparan a los nuevos. La actividad quirúrgica comienza a las 9. Con una pausa para comer, la jornada no acaba antes de las 18:30.

De la preparación, circulación y control postoperatorio se encarga el enfermero Gabin, también voluntario, que se desplaza desde Porto Novo para atendernos durante toda la campaña, con gran disposición y profesionalidad. Duerme en el hospital y queda a cargo de la sala.

El hospital dispone también de farmacia, maternidad y laboratorio, aunque el horario y la demora en las pruebas no nos permitió realizar ningún estudio preoperatorio que se había considerado oportuno.

Se dispone de suficientes bolsas con instrumental quirúrgico para abordar al menos la patología de pared abdominal. Aunque en el quirófano hay dos autoclaves, no se emplean para esterilizar ropa, así que el primer contratiempo es que no hay más batas y campos quirúrgicos que los que quedan de campañas previas.

Aunque en varios casos se planteó la realización de estudio anatomopatológico de piezas quirúrgicas, su preparación y traslado, que corren a cargo del paciente, lo hicieron inviable en la práctica.

LOS PACIENTES

Previamente valorados por el personal del centro, recibimos de forma ordenada a pacientes, principalmente hombres, que acuden por patologías susceptibles de ser tratadas por nosotros. Aunque alguno se tenga que rechazar al no poder ofrecerles unas condiciones básicas de seguridad, la mayoría se aceptan para ser intervenidos, y el domingo por la tarde se organizan los partes de quirófano. A lo largo de la semana, irán apareciendo otros pacientes de forma escalonada, con los que se establecerán diariamente las programaciones. Cada uno abona 90.000 francos (140€), la quinta parte del coste que en los hospitales de las ciudades. En este país, quien no tiene dinero no tiene asistencia sanitaria y eso es asumido por todo el mundo. A su llegada al quirófano van provistos de una caja en la que llevan una botella de suero glucosado, ringer, analgesia, jeringuilla, povidona y apósito.

Un problema es que los pacientes hablan fon, una de las lenguas locales, o francés. El personal del hospital no habla inglés, por lo que las dificultades en la comunicación son importantes al carecer de traducción directa.

INTERVENCIONES

La mañana del martes la tuvimos que dedicar al rendezvous con  el profesor Dossou, Presidente de la Orden de los Médicos de Benín, por lo que todo el equipo se desplazó al hospital de Porto Novo para que nos diera el visto bueno para nuestra colegiación temporal. Se perdió así una de las sesiones quirúrgicas. Durante el resto de la semana los pacientes fueron apareciendo de forma irregular, sin que se pudiera tampoco completar las sesiones que se habían previsto. Esto, unido a la incomparecencia de algunos de los casos programados, llevó a que el viernes por la mañana se intervinieran a los últimos enfermos y se finalizara la campaña.

En total fueron intervenidos 37 pacientes (dos no acudieron a la cita programada) con un total de 44 procedimientos (dobles en cinco y triples en un caso). Se atendieron a 31 hombres y 6 mujeres, con edades entre 16 y 70 años (media de 47). Se usó anestesia regional en 28, general en 7 y local con sedación en 2.

El procedimiento más frecuente fue la hernia inguinal, con 27 casos (16 derechas, 8 izquierdas y una bilateral; del total, 15 eran inguinoescrotales y una recidivada). Se abordaron 5 hidroceles (uno bilateral y otro recidivado) y 3 hernias umbilicales (1 recidivada). En todas las hernias se realizó hernioplastia con malla (25 Lichtenstein, 2 Rutkow y 2 umbilicales) excepto en una plastia de Mayo umbilical. Finalmente se trataron 8 lesiones de partes blandas (6 lipomas, 1 tumoración en muslo, 1 queloide).

Como única complicación reseñable, se realizó una revisión por hematoma en el postoperatorio inmediato tras la exéresis de un lipoma. En 6 pacientes se dejaron drenajes. Todos fueron dados de alta al día siguiente excepto 2 casos con drenajes que pernoctaron dos días. No se nos han notificado otras complicaciones posteriores en el seguimiento realizado en el hospital.

EL REGRESO

En toda la campaña no hubo más problemas que algún desajuste intestinal de escasa importancia. Lo más negativo para destacar ha sido que debido a una programación algo deficiente no se haya podido operar a un mayor número de pacientes, que probablemente hasta dentro de bastante tiempo no volverán a tener la opción de acceder a la asistencia quirúrgica que merecen.

Al acabar antes de lo previsto adelantamos un día nuestro regreso a Cotonou y aprovechamos para conocer algo más de su historia y cultura. La madrugada del domingo iniciamos el regreso hacia España, a donde llegamos por la tarde sin novedades. Ya en Madrid, el grupo se deshizo para volver a sus domicilios, con la satisfacción de haber completado la misión y la añoranza de la separación.

RECOMENDACIONES PARA PRÓXIMAS CAMPAÑAS

Para próximas campañas, dadas las carencias existentes, habría que contar con llevar:

-Campos, batas quirúrgicas y guantes,

-Toda la medicación que se pueda necesitar (la que está disponible en el almacén no está clasificada ni contabilizada).

-Antisépticos y materiales para curas.

-Dispositivos para monitorización (tensiómetros, pulsioxímetros)

-Alimentos envasados.

-Varios miembros que se puedan desenvolver adecuadamente en francés.

AGRADECIMIENTOS

Queremos agradecer a las direcciones de todos los hospitales la donación de la medicación y los materiales, y especialmente al Servicio de Farmacia del Hospital Público da Mariña por el esfuerzo en la tramitación de la documentación necesaria para llevar a cabo esta campaña. Gracias a las religiosas al cuidado de la salud de una población en la mayor de las pobrezas, en especial a Sor Opportune por la organización y a Sor Ruffine por su esfuerzo para que todo funcionara. Gracias muy especialmente al enfermero Gabin, sin cuya ayuda la campaña hubiera sido mucho más difícil. Y sobre todo gracias al pueblo de Benín, que con su entereza y su sonrisa nos ha aportado mucho más de lo que hayamos podido aportar nosotros.

 Dr. Antonio Satorras

Ver imágenes de la campaña

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