Home > Event > Senegal – Sédhiou (2017)
03 September, 2017

El sábado 2 de septiembre quedo con María Fanjul, cirujano infantil, en el Gregorio Marañón (hospital materno-infantil) para recoger la bolsa en la que llevaremos un generador de bisturí eléctrico y las mallas mosquiteras que nos ha cedido Hernia Internacional para la misión. Después de año y medio vamos a repetir misión juntos y en el mismo lugar, lo cual nos produce alegría, y nos acompañarán Luis Rodríguez Bachiller y Laura Gómez Lanz, cirujanos de ese mismo hospital, Beatriz Revuelta, anestesista y veterana del Centre Hospitalier de Sédhiou, Montse Sánchez Martín, enfermera y compañera de la campaña de Farafenni (Gambia) en 2015, su hermana Mª Jesús, estudiante de 5º de Medicina y debutantes en estas lides y Angel Revuelta que hará las veces de reportero y de ayudante en todo lo que se necesite. MariamaBadji nos acompañará y será imprescindible, como siempre, en la organización de listas de pacientes, logística e intendencia, contactos institucionales, organización de traslados, etc. y siempre atenta a las necesidades de cada uno de nosotros. Sin ella esto sería muy complicado.

El domingo 3 quedamos a las 15 horas frente a la facturación, en la máquina que nos embalará las abundantes bolsas de material conteniendo suturas, instrumental, terminales de bisturí eléctrico, paños de quirófano, guantes quirúrgicos y de exploración, suturas, mallas, vendajes, esparadrapos, gorros, mascarillas, peluches para los niños, medicación, etc.

Pasados los controles sin dificultad esperamos el embarque y aprovechamos para conocernos con los nuevos. La sensación es que la convivencia va a ser perfecta y se corrobora en el transcurso de nuestra estancia en Senegal a pesar de las dificultades que se presentarán en el desarrollo de nuestro trabajo. El acuerdo unánime de cómo se debía actuar fue fundamental para sacar el mayor provecho posible a una situación nada favorable de entrada.

La llegada a Dakar se produce a las 20.40 (hora local, dos menos que en España) y la noche será dura pues, al no tener posibilidad de salir del aeropuerto para descansar y garantizar nuestra llegada a tiempo para el embarque destino Ziguinchor, decidimos quedarnos y dormitar de la mejor forma posible hasta la hora de salida del vuelo interno. Afortunadamente la familia Sánchez Martín nos había proporcionado víveres para soportar la estancia. Maravillosos hojaldres de los que dimos buena cuenta. ¡Gracias!.Nueva facturación a partir de las 7.30 con algún problema con nuestras bolsas y con el generador. Subsanado el incidente, despegamos a las 9 am llegando a destino a las 9.45.

Nos esperan dos vehículos en los que cargamos nuestros equipajes y material y nos disponemos a recorrer las dos horas de carretera hasta llegar a Sédhiou. Llegamos al acuerdo de pasar primero por el hotel para asearnos e intentar descansar un rato antes de acudir al hospital para desembalar y ordenar el material en los quirófanos. Pero el destino manda y la aventura acababa de empezar.

Embarcamos seis de nosotros en un todoterreno y en una camioneta con capacidad para cuatro pasajeros. Cargado el material, emprendemos la marcha. El camino es largo y la carretera está llena de controles policiales y militares que pasamos sin problemas. Las dificultades comienzan a 20 km del destino cuando uno de los vehículos sufre un pinchazo de la rueda trasera derecha. Sin recambio, el todoterreno le “presta” su rueda de repuesto que los chóferes cambian en medio del calor y todos nosotros en la cuneta. Reanudamos el camino y poco después la camioneta se detiene por un problema eléctrico. Reparado, y no me digáis como, seguimos avanzando hasta que, a 8 km de Sédhiou se vuelve a parar, esta vez definitivamente. En el otro vehículo nos acercamos a una aldea próxima para conseguir una cuerda que nos permita remolcar el pikup. Intento inútil pues la maroma se rompe y nos quedamos tirados.

A esas alturas del viaje ya estamos cansados, sudados, con ganas de llegar al hotel para descansar, comer algo y, después, partir hacia el hospital a descargar y ordenar el material de trabajo. Tras una llamada al hospital conseguimos que una nueva camioneta nos venga a buscar y así llegamos a la Palmeraie.

Son ya las 15 (hora local) pero comemos y después ocupamos las habitaciones. A las 17.30 h salimos hacia el Centre Hospitalier. El recibimiento es espectacular, sobre todo a los veteranos y reincidentes en la misión. La colaboración en la descarga y colocación en la sala quirúrgica es total, pero…

Pero aparece el Dr. Cámara y comienzan las dificultades. Junto a su equipo y personal, incluido el Director sustituto (el titular está en China negociando nuevo hospital y material), nos suelta una arenga acerca del respeto mutuo, de cómo él es el jefe y como nos debemos atener a sus indicaciones, etc. Mal empezamos…

De cualquier forma le escuchamos y me limito a exigir respeto mutuo y a indicarle que nosotros, como siempre que hemos ido, estamos para ayudar y para operar a los pacientes sin recursos que lleguen al hospital.

El problema es que, a pesar de que con meses de antelación solicitamos que preparasen una lista de pacientes, tiene solamente cinco preparados para el día siguiente. El esfuerzo para no empezar a indignarnos es grande pero, al menos, se consigue que, mientras se operan esos enfermos, yo pase consulta en su despacho para ir aumentando nuestro parte de quirófano. Ese primer día salen 8 nuevos casos.

Habíamos partido con la idea de trabajar en tres mesas pero rápidamente nuestro plan se vino abajo. El Dr. Cámara, con gestos ostensibles de disconformidad, nos dijo que no. El problema se agudizó cuando descubrimos que los cirujanos senegaleses que iban a colaborar en la cirugía infantil eran en realidad una ONG (AMRAF) que, al igual que en la campaña de David en 2016, el jefe de cirugía había llamado para coincidir con nosotros.

Ante esta situación no quedaba otra alternativa que contactar con el Dr. Amadou Yéri Camara, nuevo jefe sanitario de la región de Casamance, para que ejerciera de mediador. Muy amable se desplazó hasta el hospital y tomó nota de nuestras pretensiones, prometiendo transmitir las ordenes correspondientes al otro Camara que, como imaginábamos, no obedeció. La verdad es que fue una situación difícil de gestionar y más cuando, entre los miembros del equipo, comenzó a producirse decepción y enfado. Pero no desistimos. Yo mismo me asombré de mi paciencia. Habíamos ido a cumplir una campaña y lo íbamos a conseguir, conscientes de que no iba a ser lo efectiva que habíamos planeado.

Mientras tanto se estableció una relación agradable con el Prof. Gabriel y su equipo. No era raro verle observar nuestros procedimientos. Conversando con él llegamos, ambos, a la conclusión de que hacer coincidir dos misiones era inoperante. Me extrañó porque eso mismo ocurrió hace un año y repiten…

En resumen y sin entrar en más detalles, la misión fue dificultosa pero resuelta con satisfacción dentro de los límites que se nos establecieron. El compañerismo fue esencial y la ayuda del personal auxiliar del hospital, también.

En contadas ocasiones pudimos trabajar en dos mesas y cuando nos descuidábamos, en los cambios de pacientes nos ocupaban una…

Xabier, el jefe de enfermería, nos invitó a su casa el día 8 a todo el equipo. Entre cervezas, picoteo y risas pasamos un gran momento. Calor, mucho calor. Después recorrido por el pueblo a pie observando uno de los festejos populares del que los compañeros hicieron gran reportaje gráfico.

Como en ocasiones anteriores, la comunidad de Sédhiou nos organizó, en la Casa de Cultura local, una emotiva despedida en la que nos repartieron diplomas de agradecimiento y regalaron un cuadro con motivo local para la Fundación Cirujanos en Acción. Hubo música, bailes – con participación entusiasta de los miembros del equipo- y cena. Como en mi anterior campaña, asistieron el representante del Gobernador de la región, el alcalde de la ciudad y el Prefecto. Esta vez me tocó a mi decir unas palabras que fueron de agradecimiento por el trato y por la confianza depositada en nosotros. No era momento de reclamaciones y sí de diplomacia pues, insisto, nuestro trabajo en esa zona se debe asentar. Tienen una gran necesidad pero, eso si, dejando bien claras las condiciones. No se pueden repetir las interferencias de las dos últimas experiencias…

El último día de trabajo transcurrió normalmente. Se operaron los últimos pacientes y se pasó visita a los del día anterior supervisando las altas. Ninguna incidencia, afortunadamente. Lo que tuvimos claro es que no íbamos a dejar nada de material sobrante. En una bolsa recogimos prótesis y suturas, aunque al Dr Camara no le pareciera bien. Al fin y al cabo no demostró ningún interés por lo que hacíamos. Estuvo colaborando con la otra ONG, lo cual nos parece bien, pero no demostró querer saber lo que hacíamos y como.

En el retorno a casa no hubo ningún problema, exceptuando las largas esperas en aeropuertos y el intenso calor. En Dakar nos esperaba la familia de Mariama (hermano y la hija de nuestra colaboradora, estudiante de ingeniería técnica en la capital) que nos procuraron unas pizzas que nos ayudaron a pasar el tiempo. Hubo algunos que se ocuparon de conseguir souvenirs, aunque en días anteriores las chicas ya habían hecho recopilación de regalos.

Misión cumplida. Equipo ejemplar. Despedida de madrugada y recuperación de uno de los bultos que, a la ida, olvidamos en el aeropuerto.

Habrá que hablar para corregir errores y poder hacer que las siguientes campañas sean tan efectivas como la primera. Habrá tiempo para eso…

Dr. Elisardo Bilbao Vidal, Cirujano General

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.plugin cookies

ACEPTAR
Aviso de cookies