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09 March, 2018

Comenzamos nuestro periplo hacia Tanzania en el aeropuerto de Barajas el 09/03/2018. Quedamos unas horas antes para empaquetar el material y conocernos todo el equipo. Para algunos es la primera experiencia como voluntarios, otros con alguna experiencia y ya viejos conocidos, pero todos con la misma ilusión que conlleva este tipo de misiones. Facturamos sin incidencias 9 paquetes de 23Kg cada uno. Nos espera un largo viaje, desde Madrid a Adís Abeba (con parada en Roma) y de allí a Dar es-Salam, donde tenemos que pasar una noche antes de partir hacia nuestro destino final, Shinyanga. En el aeropuerto obtenemos el visado para entrada en el país sin problemas, aunque tras una larga espera. El paso por la aduana con todo el material no ha sido un problema gracias al Dr Chacha, pediatra en el hospital de Shinyanga, que nos viene a recoger al aeropuerto con todos los permisos necesarios. Tenemos más de 24h de escala, por lo que nos dirigimos al hotel para descargar todo el equipaje y en seguida salimos a explorar la ciudad. El chófer del hotel nos lleva de paseo por la ciudad, a un mercadillo de artesanía y finalmente a degustar una agradable cena en un restaurante con terraza frente al mar. Al día siguiente conocemos el puerto pesquero y el mercado, donde hay una actividad frenética con gente limpiando y vendiendo pescado o cocinando para comer allí. También hay múltiples puestos donde venden estrellas  de mar, todo tipo de caracolas y conchas de todas las formas y colores imaginables. Además visitamos el museo nacional, un buen lugar para ir conociendo la cultura e historia del país que visitamos. Para finalizar nuestra breve estancia en Dar es-Salam nos acercamos a la playa para probar las cálidas aguas del océano Índico, desconocido para muchos de nosotros.

Volvemos al aeropuerto para coger nuestro vuelo interno hacia Mwanza, donde aterrizamos a las 21:30h del día 11/03. Allí nos recogen varios de nuestros anfitriones con un autobús para transportarnos hasta Shinyanga, donde llegamos pasadas las 2 de la madrugada. El hotel que han escogido para nuestra estancia es muy agradable, con habitaciones amplias y cómodas, tipo bungalow, con aire acondicionado y conexión WIFI (aunque comenzó a funcionar al 3º día de nuestra llegada). Tiene una zona de jardín y terraza para comer al aire libre, lo que nos permitió cenas muy agradables junto a nuestras merecidas cervezas después de las largas jornadas de trabajo.

Al día siguiente llegamos por fin al hospital de Shinyanga, casi 3 días después de nuestra partida. Allí nos espera el Dr George, cirujano encargado de coordinar la misión, y el Dr. Onesmo, al que ya conocimos el día anterior en el aeropuerto, que ha sido el encargado del reclutamiento de pacientes. Con ellos empezamos a coordinar para comenzar a operar a los pacientes lo antes posible. Nos informan de  que cada paciente (excepto los niños menores de 5 años) debe abonar 80.000 TZS (unos 29 euros) en concepto de gastos del hospital y personal. Además, tenemos esperando a 2 inspectores de la TDFA (Tanzanianfood and drugsautorithy), que revisan todo el material durante horas, confiscando todo lo que no consideran adecuado (suturas recientemente caducadas)  y retirando medicación con fecha de caducidad próxima. Mientras tanto, comenzamos a revisar pacientes y programamos las primeras cirugías. Una vez colocado todo el material y preparado el quirófano , comenzamos a operar, ese mismo día por la tarde. Nos instalamos en uno de los 3 quirófanos disponibles en el hospital, para operar a dos mesas separadas por un biombo. Una para los niños y otra para los adultos. Y así iniciamos una dura campaña, con jornadas de 14 horas de trabajo todos los días. La selección realizada por el Dr. Onesmo previa a nuestra llegada fue excelente, sólo fue preciso revisar algunos pacientes con dudas diagnósticas y algunos pacientes pediátricos. Se operaron de media 18 pacientes diarios, con mucho esfuerzo y dedicación por parte de nuestro equipo, que cada día se dejaba la piel para sacar adelante todo el trabajo diario, incluido Sergio, nuestro fotógrafo, que hizo un curso acelerado de auxiliar de enfermería. La colaboración por parte del personal autóctono fue bastante deficiente, aunque debo destacar la enorme colaboración del Dr. Onesmo, el Dr. Nelson, Simon (técnico de anestesia) y por supuesto, de Ezequiel, que pusieron todo de su parte para ayudarnos. Las jornadas de trabajo fueron tan intensas, que no tuvimos tiempo de conocer la ciudad, solamente los alrededores del hospital y el hotel. Todos los días nos servían la comida en una sala del hospital, muy variada y abundante.

Tras 5 días y medio de intenso trabajo, nos disponemos para nuestra vuelta. Nuevamente trayecto en coche hasta Mwanza, con  reventón de rueda incluido en el medio de la nada. En el aeropuerto nos abren todos los paquetes antes de entrar y revisan todo el material, a pesar de llevar todos nuestros permisos en regla.

Finalmente llegamos a Madrid tras 10 días de viaje, con una extraña sensación. Quizá podríamos haberlo hecho mejor, quizá podríamos haber operado más, pero las condiciones eran las que eran, y no se cambian las cosas en un día. Espero que en futuras campañas, todos los problemas que se nos presentaron en esta primera misión en Shinyanga, se puedan solucionar y así sacar más provecho de un hospital con mucho potencial.

Después de un mes de nuestra vuelta, tras la cual tenía unos sentimientos bastantes contradictorios con respecto a esta misión,  me quedo con la sonrisa de los niños al entregarles un juguete o darles una simple caricia, con sus padres agradecidos por nuestra ayuda, y todos los pacientes a los que hemos mejorado su calidad de vida tras nuestro paso por Shinyanga, que es la esencia de este trabajo. Y por supuesto, me quedo con ese espíritu de equipo, esa unión que se produce entre el grupo, sobre todo en las situaciones difíciles que se nos han presentado. Sin duda alguna, esto ha sido esencial para el desarrollo de esta misión y por lo que siempre merece la pena repetir. ASANTE SANA.

MEMORIA TÉCNICA:

PARTICIPANTES:

Ana María Gay Fernández, cirujano general Hospital Álvaro Cunqueiro, Vigo

Pablo Lozano Lominchar, cirujano general Hospital Gregorio Marañón, Madrid

Lucía Garrido López, residente de 4º año de cirugía general Hospital Álvaro Cunqueiro, Vigo

José Miguel Morán Penco, cirujano pediátrico, Hospital Quirón Salud, Cáceres y Badajoz

Beatriz Revuelta Alonso, anestesióloga, Complejo asistencial universitario de León

Almudena Ceballos Ruano, enfermera, Hospital del Poniente, Almería

Sergio Sánchez Agullo, fotógrafo

DURACIÓN: Salida de Madrid 09/03/2018, llegada a Madrid 19/03/2018.

RESULTADOS DE LA CAMPAÑA:

Cirugías de adultos: 44 pacientes. 50 procedimientos.

Hernias inguinales: 34

Eventraciones: 3

Hidroceles: 5

Hernias epigástricas: 5

Vólvulo de sigma: 1

2 reintervenciones por hematoma.

Cirugías pediátricas: 34 pacientes, 41 procedimientos

Hernias inguinales: 15

Hernias umbilicales: 5

Criptorquídeas: 4

Fimosis: 5

Hidroceles: 1

Curas de quemaduras: 3

Otros procedimientos: 8

EL HOSPITAL:

Se trata de un hospital bastante grande, con 3 quirófanos y varias habitaciones para los pacientes hospitalizados, para hombres, mujeres y niños por separado. Cuentan con una sala de esterilización con un autoclave. La limpieza del hospital y en concreto de la zona de quirófanos es muy deficiente. Además la zona de quirófanos tiene muchas ventanas, que están abiertas permanentemente, con la consecuente entrada de insectos y tierra de la calle.

MATERIAL QUIRÚRGICO:

-no disponen de ningún generador de bisturí eléctrico que funcione correctamente para su utilización, ni terminales ni placas.

- tienen mucho material quirúrgico, aunque bastante viejo y oxidado. Algunas cajas para laparotomía están en buenas condiciones, pero el material para cirugía de hernias es muy deficiente. No tienen material específico para cirugía pediátrica, ya que no se operan niños habitualmente en este hospital.

-tienen batas y paños de tela, pero no suficientes para el ritmo de cirugías diarias que se realizan en este tipo de campañas, por lo que es conveniente incluir dentro del material batas y campos quirúrgicos, así como gasas y antisépticos.

-disponen de una lámpara en cada mesa de quirófano, pero los cortes de luz por sobrecarga son frecuentes, así que es recomendable llevar frontal.

-se atienden a diario pacientes pediátricos con quemaduras graves, por lo que es importante llevar material para hacer curas de este tipo

MATERIAL ANESTÉSICO:

-El hospital está provisto de una máquina de anestesia moderna y otra bastante más antigua, una en cada sala de quirófano. Nos ceden la más moderna, facilitándonos así el poder hacer anestesia pediátrica. Consta de dos vaporizadores: uno de halotano y otro de sevorane. Allí sólo disponen de halotano, pero para futuras misiones es bueno saberlo, por la posibilidad de conseguir sevorane y utilizarlo. El oxígeno se almacena en balas, en número suficiente para llevar a cabo todo lo que tuvimos.

-Con respecto a la medicación para realizar anestesias generales, hay relajantes musculares como succinilcolina, ketamina y poco más, por lo que es importante llevar todo aquello que consideremos necesario.

-Tubos endotraqueales, sondas de aspiración, después de pedírselas en repetidas ocasiones, aparecen. Nada de mascarillas laríngeas.

-Sueros, sistemas, abocath… cada paciente en teoría va con una bolsita con todo lo que podría necesitar.

-Trabajamos en dos mesas en el mismo quirófano, como ya se ha comentado. En una mesa hicimos adultos y en otra niños con el respirador. Hay también varios concentradores de oxígeno, por lo que es posible utilizarlos en caso de que sea necesario.

-Con respecto al personal local, no hay anestesistas formados como tales. Son técnicos anestesistas, que realizan fundamentalmente anestesias raquídeas, pero también anestesias generales cuando la cirugía lo requiere. Tienen una gran capacidad para amoldarse a las situaciones que se les presentan, teniendo en cuenta los medios de los que disponen y la poca accesibilidad a las mejores de nuestra especialidad. Muy dispuestos a escuchar cualquier cosa que les contáramos y a intentar utilizar los dispositivos como las mascarillas, de las que han oído hablar pero nunca han visto. Su colaboración fue fundamental para poder llevar a cabo la misión dado el gran volumen de pacientes que teníamos.

-En resumen, y aunque allí tienen algo de material y de medicación, es preferible llevarse cualquier cosa que se nos ocurra que podamos necesitar. Además así se disminuye el gasto que podamos causarles a lo largo de los días.

ASPECTOS A MEJORAR:

-condiciones de limpieza y aislamiento de los quirófanos. Es necesario colocar mosquiteras en todas las ventanas.

-entrenar al personal en la asepsia y antisepsia, ya que hay muchos aspectos que desconocen o practican mal.

-ayuda por parte del personal autóctono para agilizar la entrada y salida de pacientes al quirófano y después a la habitación.

-correcta identificación de pacientes y su historial clínico.

-incluir pacientes dentro de la campaña, que no posean los recursos económicos que se han exigido en esta.

Dra. Ana María Gay

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