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10 September, 2016
Sédhiou, Senegal,

Misión en Senegal (Sédhiou). Del 10 al 25 de septiembre de 2016.

El viaje a Dakar comienza con ciertas dudas sobre si podremos embarcar todo el material que hemos conseguido recopilar entre todos. Llevamos unos 125 kg repartidos en 5 bolsas. Primer escollo resuelto, no nos ponen ningún problema en los mostradores de facturación. Por lo demás, el vuelo es tranquilo y aterrizamos en Senegal sin contratiempos. Gracias a Mariama Badji, contacto de la Fundación en Senegal, el recibimiento y el paso de la aduana es casi perfecto. Fue la primera de tantas gestiones que realizó para llevar a cabo esta campaña. Sin ella esto habría sido mucho más difícil.

Aunque lo sabemos desde hace algún tiempo, nos resulta incómodo tener que pasar 3 días en Dakar sin poder hacer nada. Desgraciadamente, las fechas de nuestro viaje han ido a coincidir con el Tabaski, la fiesta del cordero, una de las fiestas más importantes del calendario musulmán, y que paralizan el país por completo. Así es que, desde la noche del 10 en que aterrizamos en Dakar, no pudimos viajar a Sedhiou hasta el 13.

La mejor parte de este obligado parón fue, sin duda, descubrir una pequeña muestra de las costumbres de este país. Tuvimos la oportunidad de disfrutar del Tabaski en familia (de nuevo, gracias Mariama, por acogernos en tu casa), y compartir con la gente de allí un maravilloso día festivo. Pudimos comprender algo de lo que significa el ritual del sacrificio del cordero, y colaboramos en los preparativos de la fiesta.

Pero bueno, vayamos a lo importante. Sedhiou es una localidad del sur de Senegal, bañada por el río Casamance, con unos 25.000 habitantes estimados. Sus construcciones son casas bajas, generalmente de ladrillo prefabricado y techos metálicos. Hay gran cantidad de construcciones mucho más precarias, y se aprecia cómo la gente vive casi todo el día en la calle. Una gran parte de la ciudad no tiene servicios básicos, como el asfaltado y alumbrado de calles, agua corriente o electricidad. Es la capital de la región de Sedhiou, que cuenta con unos 400.000 hab. En la ciudad de encuentra la Prefectura, y, por supuesto, el Centro Hospitalario de la región de Sedhiou, nuestro objetivo.

Así que ese es nuestro destino. Difícilmente podríamos llamar a esto un centro hospitalario, al menos según los cánones de nuestra actual forma de vida y nivel de recursos. Y esa es la primera enseñanza que uno obtiene al minuto de llegar… aquí no vamos a trabajar como en casa.

El hospital tiene varias edificaciones, aunque nosotros sólo utilizamos lo que ellos llaman el bloque quirúrgico: un edificio de una planta, en el que hay varias dependencias para hospitalización de pacientes, algunos despachos para personal, y un área quirúrgica con dos quirófanos, uno pequeño con una mesa y un respirador, que usaremos para los pacientes pediátricos, y otro más grande con dos mesas y un respirador, que usaremos para los pacientes adultos. Solamente disponen de un generador de electrobisturí. Nosotros traemos otros dos generadores, con la idea de usar las tres mesas.

Respecto al servicio de esterilización y al material e instrumental quirúrgico, la situación del hospital es muy mala. Existe un autoclave para esterilización por calor húmedo, y disponen de unos recipientes metálicos para el almacenamiento de la ropa quirúrgica estéril, y varias cajas de instrumental quirúrgico.  No hay ninguna organización respecto a la separación del material y ropa de quirófano, de forma que las mismas cajas han de ser utilizadas en distintas intervenciones, seleccionando el material necesario para cada una, con el evidente riesgo de pérdida de esterilidad. Ese es uno de los grandes objetivos de mejora en el funcionamiento del quirófano.

Nuestra llegada al hospital, con todo nuestro material en las bolsas, la ilusión del primer día, las ganas de trabajar el máximo posible…chocan con la realidad del lugar al que hemos venido. Durante los últimos tres días, el hospital sólo ha atendido urgencias, el quirófano se ha usado en varias ocasiones, y el espectáculo resultante es dantesco. Nadie ha limpiado los quirófanos, ni recogido la ropa usada…

Pero bueno, a eso veníamos. Para los compañeros que vienen por primera vez, el impacto es mayor. No obstante, en esa misma tarde ponemos a trabajar a todo el personal, y para cuando termina el día, tenemos todo el material organizado y los quirófanos limpios y preparados.

Al llegar nos encontramos con unos carteles que informan de una campaña de Cirugía pediátrica gratuita auspiciada por la organización AMREF, del 15-19 de septiembre, organizada por el director de Cirugía del hospital, Dr. Cámara, en colaboración con la Fundación Cirujanos en Acción. Nos enteramos en ese momento que vamos a compartir quirófano y actividad con un equipo de dos cirujanos pediátricos y una anestesista.

Pese a las reticencias e impedimentos del Dr. Cámara, conseguimos empezar a operar el día 14. La rutina básica de cada día ha consistido en pasar consulta preoperatoria a los pacientes previamente seleccionados en las semanas previas, para ver su patología y estudio preoperatorio, que consiste básicamente en una analítica de sangre. Con la selección de los pacientes, se realiza el parte quirúrgico para cada día, los adultos en un quirófano y los niños en otro. El equipo se divide para atender a los pacientes en dos grupos: en uno trabaja Carlos con la ayuda de un enfermero local (Xavier) o de David o Ana, según cada caso, y con Beatriz de anestesista, y en el otro David y Ana con un anestesista local, el Dr. Thiam.

A partir del día 15 repartimos los casos pediátricos de cada día con el equipo médico de AMREF venido de Dakar, que operaron en la otra mesa del quirófano grande con un respirador.

La mayor parte de los procedimientos en adultos se han realizado bajo anestesia raquídea y en niños bajo anestesia general. Salvo alguna excepción, los procedimientos realizados han sido hernias inguinales, hernias umbilicales, fimosis e hidroceles. Los pacientes operados han pasado la primera noche ingresados hasta el pase de visita del día siguiente, cuando se realiza la primera cura y se dan instrucciones y medicación oral para el alta.

Cabe destacar algunos casos especiales, que excedían la capacidad del hospital, como una paciente de 1 mes de edad con una imperforación anal con fístula rectovaginal, que conseguimos que fuese trasladada a un hospital general en Kolda, en colaboración con el servicio de atención social de Sedhiou, asumiendo la FCA aproximadamente el 70% de los costes de la intervención quirúrgica. También fuimos testigos del nacimiento de un varón con un onfalocele roto, con evisceración intestinal y hepática, que fue trasladado a Dakar.

Las intervenciones quirúrgicas han transcurrido sin incidentes, y hemos operado a todos los pacientes previstos. Desgraciadamente, una mejor organización previa por parte del hospital nos habría permitido operar aún más pacientes. Sin duda el reclutamiento de pacientes es otra clara oportunidad de mejora para las próximas campañas.

Teniendo en cuenta la situación del hospital y de la comunidad a la que hemos atendido, y con las limitaciones que eso supone, creo que se puede decir que nuestra campaña ha sido un éxito, tanto por los procedimientos que hemos conseguido realizar, como por la capacidad que nuestro equipo ha demostrado para trabajar con todos los profesionales locales del hospital, compartiendo experiencia y conocimiento, que es, en definitiva, el objetivo fundamental para conseguir mejoras profundas en el funcionamiento del hospital.

Dr. David Fernández Luengas

Ver las imágenes de la campaña

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